* Tal vez no resulte una expresión muy académica o elegante, pero sí sumamente gráfica, si digo que “estoy hasta las narices” de tanta gente como me dice ser muy creyente pero… que no es religiosamente practicante (¡como si se
* A Dios nadie lo ha visto nunca. En efecto, la divina es una realidad distinta del mundo que nos rodea y de nosotros mismos; no forma parte del ser mensurable sino de lo que se ha denominado, con la
* Como señala Maurice Zundel (Recherche du Dieu inconnu), más que un problema escolar, más que una simple tentativa de explicación respecto a los orígenes del mundo, el descubrimiento de lo divino responde a la conciencia profunda del movimiento propio
* No son pocos los pensadores contemporáneos que sostienen que, los argumentos tradicionales sobre la existencia de Dios, a partir de la observación del mundo, carecen de sentido en la actualidad. El mismo desarrollo de la ciencia moderna parece condenar
* Continuando con la reflexión anterior, sobre la importancia que tiene una iluminación cristiana respecto de este complejo mundo de la técnica que nos embarga, podemos añadir algún detalle más. * La mentalidad moderna poco o nada tiene ya que
* El maravilloso desarrollo de la ciencia y de sus aplicaciones técnicas variadas y prodigiosas es uno de los acontecimientos más significativos de nuestra época. Junto con el número de estudiosos dedicados a esta asombrosa labor, crece su misma autoridad
* ¿Tiene la religión alguna relación con la política? Dos posturas opuestas se excluyen entre sí: un clericalismo, propio de la “cristiandad”, que sostiene que sólo la fe es capaz de juzgar, inmediatamente, si las acciones humanas sociales son buenas
* En efecto, la novedad del cristianismo se concentra en el misterio de la Encarnación del Verbo eterno de Dios. Es ahí donde el hombre encuentra el alcance de su verdadero enigma constitutivo (GS, 22). En Cristo se encierra la
* ¿Qué relación hay entre la fe en la revelación sobrenatural y la investigación de la verdad científica o cultural? Una vez más nos encaramos con el hecho, ineludible en todo tiempo, pero más si cabe en nuestros días, de
* Hemos visto, aunque de manera muy por encima, las ideas principales de los denominados “teólogos de la muerte de Dios”. Ahora nos toca preguntarnos por sus consecuencias, por la influencia que nos han dejado y lo que de ellas