* Como hemos visto, es la sabiduría, la santidad, la ciencia y la bondad de la Verdad primera, Dios, el definitivo argumento o motivo por el que un hombre puede, libre y confiadamente, dar su asentimiento creyente a Dios. En
* Visto cómo intervienen la autoridad y el testimonio en el asentimiento de la fe, ahora hemos de especificar algún detalle más sobre la fe en un Dios que ha entrado en la historia para establecer vínculos de comunión con
* Ya hemos apuntado, de alguna manera, que la fe es un acto libre. La fe es un acto personal. El hombre responde voluntariamente a la manifestación de Dios: Él nos anuncia su palabra y nos ofrece la fuerza de
Hemos visto que el acto de fe, por encima de toda otra cosa, consiste en un asentimiento libre de nuestro espíritu a la revelación de la verdad divina, fundado en ciertos motivos (y por tanto, nada de irracional), que implica
* Mientras que el hombre sea hombre, y Dios sea Dios, al primero le será imposible del todo un conocimiento exacto del segundo, es decir, un análisis exhaustivo al modo como los que realiza con las cosas que le rodean.
* Con esta expresión, tomada esta vez del jesuita Rousselot, comenta Sesboué otro rasgo de la fe religiosa: en cuanto actitud interior, que pone en movimiento toda la realidad de la persona creyente, no basta con el compromiso de su
* Según leemos en el libro Croire, de B. Sesboué, la fe religiosa, es decir, la confianza total del hombre para con un Dios personalmente encontrado, ha nacido propiamente en el pueblo hebreo. El autor hace suya la idea de
* Tal vez no resulte una expresión muy académica o elegante, pero sí sumamente gráfica, si digo que “estoy hasta las narices” de tanta gente como me dice ser muy creyente pero… que no es religiosamente practicante (¡como si se
* A Dios nadie lo ha visto nunca. En efecto, la divina es una realidad distinta del mundo que nos rodea y de nosotros mismos; no forma parte del ser mensurable sino de lo que se ha denominado, con la
* Como señala Maurice Zundel (Recherche du Dieu inconnu), más que un problema escolar, más que una simple tentativa de explicación respecto a los orígenes del mundo, el descubrimiento de lo divino responde a la conciencia profunda del movimiento propio