Después de nuestro largo recorrido por la virtud teologal de la fe, nos acercamos ahora al que es su razón de ser: la Persona de Jesús. * El primer rasgo de la figura incomparable de Jesús consiste en su pretensión
* Como señala Maurice Zundel (Recherche du Dieu inconnu), más que un problema escolar, más que una simple tentativa de explicación respecto a los orígenes del mundo, el descubrimiento de lo divino responde a la conciencia profunda del movimiento propio
* Con Bernard Sesboüe (en su libro Croire) también yo creo que el deseo de infinito, que atraviesa la vida del hombre, no puede brotar de un ingenuo sentimiento de ilusión pero sin fundamento, ni apoyarse caprichosamente en… nada. Nuestra
* Tolerancia, respeto, derechos… todo esto, tan mencionado en nuestros días no puede, no debe significar, de ninguna de las maneras, una concesión al relativismo epistemológico o moral, tan defendido y solicitado en nuestra sociedad, bajo pretexto de la necesaria
* El mundo moderno se parece cada vez más a una inmensa aldea global, en la que se exige la colaboración de todos para el bien común. La coexistencia tolerante entre las diversas razas, culturas y religiones se ha convertido
* El ateísmo reciente, casi ambiental, parece haber dado la espalda incluso a la formulación teórica y haberse echado, sencillamente, en manos de una cómoda postura de indiferencia. El problema de Dios, en otro tiempo central en la especulación filosófica,
*Ciertamente hoy se nos hace más difícil a todos nombrar a Dios y hablar de Él. La cosmovisión antigua del hombre y del mundo estaba impregnada, toda ella, de sentido religioso, de un cierto sentido de la presencia de Dios.