* Resulta curioso, en medio de los avatares de nuestro mundo, el hecho de que ninguno de sus movimientos o manifestaciones más “convulsivas”, haya podido eliminar del todo la noción de Dios: por más que sean los ateos que se
* Según G. Marcel, una cosa se convierte en problema para al hombre cuando deja de ser “algo sabido”, “algo natural” en su vida práctica. Lejos de ser del todo negativo, la problematización nos permite afrontar las cosas de otro
* Con su libro The Secular City (La ciudad secular) Harvey Cox se dirigió a estudiantes de nivel introductorio y no a teólogos de profesión, presentando una visión de la ciudad cristiana en nuestra era tecnificada y secularizada. Nadie piensa
* Profesor de la universidad de Siracusa, en Nueva York, publicó en 1960 un libro que sería fundamental para entender esta línea de pensamiento: The Death of God (La muerte de Dios). En él critica la religiosidad de la posguerra
* Según la Ecclesiam suam, de Pablo VI, el ateísmo priva al orden racional del mundo de sus bases auténticas y fecundas, introduciendo en la vida del hombre, más que una solución, un dogma ciego que la degrada. Dogma ciego
*He ido exponiendo, en los textos anteriores, algunas de las principales razones (aunque a veces no son tal “razones”, en sentido estricto) que explican este fenómeno que conocemos como ateísmo, relativamente moderno en cuanto realidad social o de masas. Pero
*El ateísmo da que pensar. Y no podemos caer, para descalificarlo, en la mera repetición de tópicos ya antiguos según los cuales, en el fondo, tras las posturas ateas se esconde un no menos trasnochado racionalismo ilustrado. Si seguimos esta
*En el texto anterior, al comenzar la reflexión sobre la relación del mundo y Dios, hicimos mención del ateísmo como la negación, no sólo de aquella relación sino del mismo Dios. Hoy día nombrar a Dios se hace cada vez