* Aunque santo Tomás no responde propiamente a cuestiones que le son ajenas, y que corresponden a los siglos posteriores, sus aportaciones fundamentales acerca de la fe son sumamente provechosas para nosotros. Algunas de estas afirmaciones son las siguientes. *
* Completo con esta reflexión (si bien “completar, completar”… aquí no se hace más que apuntar lo que considero son las ideas centrales de cada cuestión) lo ya planteado en nuestro texto anterior. El asunto ha sido objeto de numerosos
* Recordemos que la Iglesia, en Trento, afirma que la fe –comienzo de la salvación del hombre- es una virtud sobrenatural por la cual, y merced a la gracia de Dios, el hombre recibe el anuncio de la verdad revelada,
* Continuamos nuestro análisis del acto de fe, profundizando hoy en la dimensión de la libertad que le caracteriza. Nuestra voluntad no sólo tiene la capacidad de aplicar la inteligencia a la consideración de las proposiciones de fe para obtener
* Como hemos visto, es la sabiduría, la santidad, la ciencia y la bondad de la Verdad primera, Dios, el definitivo argumento o motivo por el que un hombre puede, libre y confiadamente, dar su asentimiento creyente a Dios. En
* Ya hemos apuntado, de alguna manera, que la fe es un acto libre. La fe es un acto personal. El hombre responde voluntariamente a la manifestación de Dios: Él nos anuncia su palabra y nos ofrece la fuerza de
Hemos visto que el acto de fe, por encima de toda otra cosa, consiste en un asentimiento libre de nuestro espíritu a la revelación de la verdad divina, fundado en ciertos motivos (y por tanto, nada de irracional), que implica
* Mientras que el hombre sea hombre, y Dios sea Dios, al primero le será imposible del todo un conocimiento exacto del segundo, es decir, un análisis exhaustivo al modo como los que realiza con las cosas que le rodean.
* Con esta expresión, tomada esta vez del jesuita Rousselot, comenta Sesboué otro rasgo de la fe religiosa: en cuanto actitud interior, que pone en movimiento toda la realidad de la persona creyente, no basta con el compromiso de su
* Tal vez no resulte una expresión muy académica o elegante, pero sí sumamente gráfica, si digo que “estoy hasta las narices” de tanta gente como me dice ser muy creyente pero… que no es religiosamente practicante (¡como si se