* En medio de una sociedad, la nuestra, que ha hecho de la libertad su máxima aspiración, de la tolerancia y el respecto a lo diferente la norma de su comportamiento, de la conciencia individual la única garantía de actuar
* Aunque santo Tomás no responde propiamente a cuestiones que le son ajenas, y que corresponden a los siglos posteriores, sus aportaciones fundamentales acerca de la fe son sumamente provechosas para nosotros. Algunas de estas afirmaciones son las siguientes. *
* Completo con esta reflexión (si bien “completar, completar”… aquí no se hace más que apuntar lo que considero son las ideas centrales de cada cuestión) lo ya planteado en nuestro texto anterior. El asunto ha sido objeto de numerosos
* Se puede afirmar, sin miedo a exagerar, que toda la novedad e importancia del cristianismo depende de la afirmación de la vida sobrenatural, la comunicación de la gracia divina a la criatura humana. Se trata de una relación absolutamente
* Ya hemos apuntado, de alguna manera, que la fe es un acto libre. La fe es un acto personal. El hombre responde voluntariamente a la manifestación de Dios: Él nos anuncia su palabra y nos ofrece la fuerza de
Hemos visto que el acto de fe, por encima de toda otra cosa, consiste en un asentimiento libre de nuestro espíritu a la revelación de la verdad divina, fundado en ciertos motivos (y por tanto, nada de irracional), que implica
* Mientras que el hombre sea hombre, y Dios sea Dios, al primero le será imposible del todo un conocimiento exacto del segundo, es decir, un análisis exhaustivo al modo como los que realiza con las cosas que le rodean.
* Con esta expresión, tomada esta vez del jesuita Rousselot, comenta Sesboué otro rasgo de la fe religiosa: en cuanto actitud interior, que pone en movimiento toda la realidad de la persona creyente, no basta con el compromiso de su
* Según G. Marcel, una cosa se convierte en problema para al hombre cuando deja de ser “algo sabido”, “algo natural” en su vida práctica. Lejos de ser del todo negativo, la problematización nos permite afrontar las cosas de otro
* Hemos visto, aunque de manera muy por encima, las ideas principales de los denominados “teólogos de la muerte de Dios”. Ahora nos toca preguntarnos por sus consecuencias, por la influencia que nos han dejado y lo que de ellas