*Me propongo comentar hoy la que es una cuestión fundamental a la hora de abordar la relación de Dios con el mundo. Me refiero precisamente a la primera cuestión, la que hace posible todas las demás. Sí, quiero decir el hecho de la Creación, en virtud de la cual todo lo que existe, incluidos nosotros mismos, tiene una relación interna, continua y absoluta, respecto de Dios, ser supremo y creador.
*Crear es hacer algo de la nada, es decir, comunicar el ser a algo que antes no lo tenía. Cuando hablamos de creación podemos entender el hecho activo de la acción de Dios, por la cual comunica el ser, la vida a lo que antes no era ni existía; pero podemos entender creación en el sentido pasivo del resultado de esa misma acción divina, como cuando decimos que hay que cuidar y proteger la creación. O sea, que si miramos las cosas desde Dios diremos que la creación es el acto por el que Dios mismo hace pasar las cosas de la nada al ser; si las miramos desde el lado nuestro, el de las mismas cosas, hemos de decir que la creación es el resultado del poder divino, el conjunto de todo lo que no se explica por sí mismo sino que debe su existencia al poder de Dios. Si queremos subrayar el hecho puntual por el que Dios da el ser a lo que no lo tenía utilizamos el término de creación; si lo que subrayamos es el hecho de que las cosas, una vez creadas, son mantenidas en el ser por ese poder de Dios, hablaremos de conservación. Evidentemente, en los dos términos se pone de manifiesto la realidad inmensa del misterio de Dios junto con las limitaciones de nuestro lenguaje para hablar de él.
*Si crear es dar el ser a lo que no lo tenía, se debe indicar que no hay nada que exista previamente al acto creador de Dios. Hacer las cosas de la nada es lo mismo que hacerlas partiendo de sí mismo. Dios no se encuentra una realidad, una materia anterior a partir de la cual hace las cosas, modificando o transformando esa misma materia. Eso es lo que hacemos los hombres cuando inventamos, o incluso cuando decimos crear un artefacto: todo lo que hacemos es combinar elementos que nos encontramos en nosotros mismos o a nuestro alrededor. Dios obra a partir de sí mismo. Él es la causa de todo lo que es. Por eso podemos imaginarla como algo instantáneo, si así podemos decir, no como un proceso largo y complicado, al final del cual se obtiene el resultado.
*Siendo así, la creación es algo propio de Dios, pues sólo él tiene este poder absoluto. Sólo Él es el Ser eterno, omnipotente, necesario. No hay nada anterior a él. No depende de nada ni nadie, pero todo cuanto existe depende, en última instancia, de él y su poder. Nosotros podemos producir cambios y transformaciones en las cosas, en la naturaleza, pero no depende de nuestra capacidad comunicar el ser a lo que no es, a lo que no vive. Podríamos decir que en la creación Dios no cuenta con ningún intermediario o instrumento, más allá de sí mismo. Otra cosa, como veremos, es que para la conservación de lo creado su providencia divina cuente con la mediación de las criaturas libres y racionales, con los ángeles y los hombres.
*Una última cuestión a propósito de este tema. El hecho de que todo dependa de Dios y de su acto creador no significa que tenga un inicio en el tiempo. Dicho de otra manera, los pensadores clásicos de Grecia pensaban que la materia y el mundo son eternos, que existen desde siempre. Santo Tomás de Aquino es de la opinión de que sólo por la fe sabemos nosotros que el mundo ha tenido un inicio temporal. El hecho de que Dios sea eterno no significa que el mundo que él crea lo sea también. Aun en el primer caso, lo realmente importante es que desde siempre, o desde un punto temporal determinado, el mundo depende en su realidad más íntima del poder creador de Dios, y no habría pasado de la nada al ser sino por una decisión libre y omnipotente de Dios. Si conocemos, por la revelación, un momento inicial, esto significa que el principio del mundo es también el principio del tiempo (no hay tiempo sin mundo, ni mundo sin tiempo). En realidad, antes de la creación del mundo no hay tiempo propiamente: sólo Dios existe desde siempre.