Después de nuestro largo recorrido por la virtud teologal de la fe, nos acercamos ahora al que es su razón de ser: la Persona de Jesús. * El primer rasgo de la figura incomparable de Jesús consiste en su pretensión
* En medio de una sociedad, la nuestra, que ha hecho de la libertad su máxima aspiración, de la tolerancia y el respecto a lo diferente la norma de su comportamiento, de la conciencia individual la única garantía de actuar
* En efecto, la novedad del cristianismo se concentra en el misterio de la Encarnación del Verbo eterno de Dios. Es ahí donde el hombre encuentra el alcance de su verdadero enigma constitutivo (GS, 22). En Cristo se encierra la