Iniciamos, con este texto, un sencillo itinerario de formación cristiana que espero sea de gran provecho para todos: para mí que, al escribirlo, tendré que ir revisando y actualizando los contenidos que expondré, de modo que se puedan entender; para vosotros, los lectores de este Blog que ahora inauguramos, que lo seguiréis seguramente con atención y sosiego; pero también para otros muchos con los que, en vuestras familias, en el trabajo o en vuestro barrio, lo podréis comentar y difundir.
Se trata de repasar algunas cuestiones fundamentales de la Doctrina católica, no expuesta a los cambios de las modas o los gustos particulares de algunos, especialmente en lo que atañe al diálogo entre la razón humana y la fe sobrenatural. Lo haremos de manera sencilla, para que todos, o al menos la mayor parte, lo entiendan, teniendo siempre como referencia la Sagrada Escritura y las enseñanzas del Magisterio, así como las cuestiones más interesantes de la actualidad.
El Papa Juan Pablo I decía en uno de sus escritos: “Sí, respirarás objeciones antirreligiosas como se respira el aire, en el colegio, en la fábrica, en el cine, etc. Si tu fe es un montón de buen trigo, vendrá todo un ejército de ratones a tomarlo por asalto. Si es un traje, cien manos tratarán de desgarrártelo. Si es una casa, el pico querrá derribarla piedra a piedra. Tendrás que defenderte: hoy, de la fe sólo se conserva lo que se defiende” (A. Luciani, Ilustrísimos Señores, Madrid 1978, p. 93).
Bien, pues no sólo con el propósito de defenderla sino también de madurar y afianzar nuestra fe, así como de difundirla y propagarla, comenzamos esta sección de Alfa y Omega. En ella abordaremos la posibilidad de demostrar, racionalmente, la existencia de Dios y lo que para nuestra inteligencia supone la revelación sobrenatural; la estructura psíquica del acto de fe y la certeza que nos aporta; la naturaleza de Dios y cómo es su divino obrar, especialmente cuando decide salir de sí mismo en la creación; la invitación a la santidad de todos los hombres y cómo la acción interna de la gracia reclama la cooperación de nuestra libertad creada; una libertad que se renueva por las virtudes y transforma todos los ambientes en los que se ejerce, como son la cultura, la política o el arte. No podremos terminar esta secuencia sin plantearnos una de las grandes objeciones que muchos hombres presentan para distanciarse de Dios, o incluso para negarle: el problema del mal.
Aunque se trata de pequeñas entregas, mi intención es que cada escrito sirva de estímulo para una profundización mayor de los temas: por eso al final de cada texto se citarán siempre uno o dos títulos adecuados, con vistas a un trabajo posterior, tanto individualmente como en grupo. Espero que todo sea de vuestra ayuda.
¡Buenas noches. . . aquí en San Miguel del Tucumán, Argentina, es la 1,30 y recién te encontré; me gusta todo especialmente porque es muy testimonial. Ah! me olvidaba decirte que somos tocayos: mi nombre también es Juan Carlos, y mi apellido paterno es Esparza, que trajo allá por el 1860 José Esparza desde San Sebastián. Ese bisabuelo mío no hizo su nido en Buenos Aires, ni en la provincia homónima, siguió andando y entro en la provincia de Sante Fe, donde tampoco halló descanso, siguió al oeste y entró en Córdoba, pasó a La Rioja donde conoció a Nicacia Quiroga, criolla y según parece familiar de uno de los caudillos argentinos de nombre Facundo Quiroga; entonces regresó sobre sus pasos y volvió a Córdoba, pero no fijo asiento en la ciudad, sino a unos treinta km. al este en un cacerío que lleva el nombre de Nstra. Señora de los Remedios a orillas de un río conocido por los naturales como Suquía, pero los españoles lo llamaron Río Primero. Parece que no eran muy creativos en eso de nombrar ríos, porque a los sigueintes que hallaron los llamaron Segundo, Tercero, Cuarto y Quinto. . . y así habrían seguido si no fuera porque en la extensa pampa hacia el infinito sur no hallaron otro. Bien, en Capilla de los Remedios José y Nicacia alumbraron hijos, entre ellos mi abuelo al que pusieron José Ramón. Me parece que fueron cuatro o cinco. . .yo solo conocí a una tía abuela, Hermelinda Esparza y ya estaba muy viejita. En ese poblado nació mi Papá, hijo de José Ramón. Y ahí, en una iglesia enorme de gran cúpula y techo todo lleno de preciosas pinturas fui bautizado. Mi mamá, María de las Nieves Quiroga, me alumbró un 5 de noviembre de 1948. Luego llegaron dos más: Miguel Angel y Alfonso María. Miguel está ya glorificado junto al Papá Dios. Yo, por esas vueltas de la vida, un día me encontré con una Congregación religiosa fundada por un tal San Juan Luis Orione (En España tenemos algunas comunidades) A mí me ordenaron Sacerdote el 15 de Agosto de 1981. Nuestra Congregación atiende hogares para ancianos y enfermos, más conocidos como Cottolengos, porque nuestro patrono es San José Benito Cottolengo, italiano. Bien, siendo la 1,45 termino esta deseándote lo mejor para ti y nos vemos en la Eucaristía de Domingo. Te bendiga Dios, que es + Papá, hijo y Espíritu Santo. Enviame todo lo que quieras que viene bien.
Muchas gracias tocayo, por tu comentario. Espero que lo que escribo, aunque modesto y sencillo, pueda ayudaros a muchos. En el fondo, es compartir una serie de afirmaciones que la filosofía cristiana nos ofrece acerca del problema de Dios, de la relación entre la fe y la razón. ¡Seguimos adelante!
Cómo podría hacerme con lo publicado desde el comienzo del blog hasta la fecha en papel. Se ha editado algún libro?
Querida Angela, has conseguido entrar en los textos anteriores?
Espero que te ayuden a reflexionar y seguir profundizando por tu cuenta…
Gracias