En estos días hemos vivido muchas manifestaciones públicas, opiniones y protestas, tanto en la prensa habitual (radio, tv, prensa) como en las redes sociales, ante el principio de acuerdo de la Unión Europea y Turquía para resolver la crisis de los refugiados que se hizo público el pasado día 7 de marzo tras la cumbre celebrada en el país considerado, precisamente, “la puerta de Europa”.
El acuerdo final de la U.E. y las medidas a tomar en esta situación, deben ser adoptadas en el próximo Consejo de Europa que se celebrará esta semana (17 y 18 de marzo) por lo que la próxima semana será, sin duda, una semana con muchos y nuevos debates al respecto.
La sensación es que nadie sabe lo que hacer con este tema. Ninguna solución parece buena. Ninguna satisface a todas las partes. Pero lo que no puede ocurrir, de ninguna manera, es que, mientras los políticos deciden qué hacer, sigamos mirando hacia otro lado. Ni que midamos con un doble rasero.
Y es que me llama mucho la atención cómo en España, que es un país solidario y que ha demostrado su humanidad en numerosas ocasiones ante desastres naturales, catástrofes humanitarias o atentados terroristas, no se logre demostrar una altura de miras en esta cuestión y un compromiso mayor.
Quizá la guerra Siria se nos quede lejos. Pero tenemos cada día, desde hace décadas, pateras aterrizando en nuestras playas provenientes de un universo de horror, hambre y sufrimiento. Y si, también huyendo de guerras y conflictos africanos, sean éstos más o menos conocidos para nosotros.
Refugiados en las islas griegas. Foto AFPMe llama mucho la atención que los cristianos, que damos la talla en tantos retos y dificultades, en la cuestión de los emigrantes, inmigrantes y refugiados, no logremos dar la cara y sigamos midiendo como con un “doble rasero” las necesidades de las personas que nos interpelan.
Nunca pensé que la parábola del “Buen samaritano” pudiera tener tanto significado como en estos días. Y creo que refranes como “haz bien y no mires a quien” también deberían de estar de actualidad. ¿Acaso para ayudar a la persona que nos pide ayuda vamos a mirar antes el color de su piel, su pasaporte de origen o, es que le vamos a preguntar cómo va a emplear nuestra ayuda una vez se la facilitemos?
Inmigrantes en una lancha hinchable. AFP PHOTO / MARCOS MORENOMientras continúa el debate sobre si el posible acuerdo de la U.E con Turquía es la solución para la crisis de los refugiados, y si atenta o no contra las normas fundamentales de convivencia y los diversos acuerdos internacionales yo me planteo la cuestión a nivel personal, y me pregunto si tú, si yo, vamos a quedarnos sentados, sin hacer nada, si vamos a rodear el problema, como quien evita algo molesto, o si de verdad nos vamos a remangar para ponernos de verdad a ayudar en todo lo que se pueda.
El viernes pasado rezando el “Viacrucis de la Misericordia” de Maria Cristina Inogés Sanz , sentí claramente esta llamada. La llamada a dejarnos de medir con dobles raseros y a poner a las cosas su nombre. Ayudar es ayudar y no debemos dejarnos llevar por debates que lo único que hacen es acomodar nuestra conciencia o más bien, adormecerla con razonamientos que nada tienen de cristianos.
Soy Doctora en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Curso Superior en Comunicación y Nuevas Tecnologías (IES-CEU- San Pablo), Técnico en Comunicación Integral por la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) y Licenciada en Ciencias de la Información-Periodismo por UFV y UCM.
Soy periodista con experiencia en medios, y desde el año 2000 Directora de Comunicación en el Tercer Sector y Consultora en Comunicación Institucional. Desde 2012 trabaja en Manos Unidas, donde hoy soy Responsable de Prensa en el Departamento de Comunicación de los Servicios Centrales.
Compagino profesión de periodista y comunicadora con docencia e investigación científica. Mi Tesis “Comunicación para la solidaridad: las ONG y el papel de la comunicación social y periodística en la sensibilización de la opinión pública y el desarrollo” dentro del programa Planteamientos Teóricos, Estructurales y Éticos de la Comunicación de Masas, fue calificada Sobresaliente Cum Laude. Soy miembro del Grupo de Investigación“Comunicación y Sociedad Digital” de la UNIR y docente en el Master de “Periodismo Social” de la Universidad CEU San Pablo con Fundación Crónica Blanca. Mis últimos artículos científicos son “La profesionalización de la Comunicación para la Solidaridad: diagnóstico y propuestas para el sector en España” y “Las Nuevas Tecnologías y las Redes Sociales en la Comunicación para la Solidaridad”.
Soy Doctora en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Curso Superior en Comunicación y Nuevas Tecnologías (IES-CEU- San Pablo), Técnico en Comunicación Integral por la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) y Licenciada en Ciencias de la Información-Periodismo por UFV y UCM.
Soy periodista con experiencia en medios, y desde el año 2000 Directora de Comunicación en el Tercer Sector y Consultora en Comunicación Institucional. Desde 2012 trabaja en Manos Unidas, donde hoy soy Responsable de Prensa en el Departamento de Comunicación de los Servicios Centrales.
Compagino profesión de periodista y comunicadora con docencia e investigación científica. Mi Tesis “Comunicación para la solidaridad: las ONG y el papel de la comunicación social y periodística en la sensibilización de la opinión pública y el desarrollo” dentro del programa Planteamientos Teóricos, Estructurales y Éticos de la Comunicación de Masas, fue calificada Sobresaliente Cum Laude. Soy miembro del Grupo de Investigación“Comunicación y Sociedad Digital” de la UNIR y docente en el Master de “Periodismo Social” de la Universidad CEU San Pablo con Fundación Crónica Blanca. Mis últimos artículos científicos son “La profesionalización de la Comunicación para la Solidaridad: diagnóstico y propuestas para el sector en España” y “Las Nuevas Tecnologías y las Redes Sociales en la Comunicación para la Solidaridad”.