Lanzar una campaña. Una frase. Una acción que implica mucho más de lo que podemos imaginar. Campaña…en sí misma esta palabra nos pierde y nos preguntamos si nos estamos refiriendo a campaña política, campaña de captación e recursos, campaña publicitaria… ¿campaña militar? Esto último seguro que no, aunque a veces llevarla a cabo suponga ciertos enfrentamientos y complicaciones y aunque la campaña de la que os voy a hablar habla de una lucha de dimensiones gigantes y de carácter imprescindible, si es que no queremos sonrojarnos de vergüenza ante nuestros descendientes: la lucha contra el hambre.
La última campaña presentada por
Manos Unidas y titulada
“Plántale cara al hambre: siembra” inicia además lo que desde la organización se ha denominado como “Trienio de lucha contra el hambre”, tres años especiales para acabar con el hambre y para sensibilizar sobre sus causas, especialmente algunas de ellas. (Puedes conocer lo esencial de esta campaña y trienio en el
Boletín de Prensa especial de la organización.)

Pero
todo lo que hay detrás de un lanzamiento de campaña no sale publicado en la web de la ONG de Desarrollo de la Iglesia Católica en España. Hay mucho más. Hay trabajo, hay desvelos, hay planificación, hay decisiones, hay notas de prensa, ruedas de prensa, contacto con periodistas, coordinación interna en la organización, con los responsables de proyectos, con los coordinadores de cada departamento…

Hay un contacto real, persona a persona, con los 35 invitados que han recorrido en estos días toda España (misioneros, responsables de proyectos…) y con los dos invitados especiales de campaña que han puesto rostro a la realidad de la pobreza y del hambre a nivel nacional: la misionera
Victoria Braquehais, que da su vida por los demás en República Democrática del Congo y el doctor
Carlos Arriola, experto en desnutrición infantil que da su vida por los más pequeños de Jocotán (Chiquimula, Guatemala). Un contacto que, en tantas ocasiones, supera el mero contacto profesional y se generan amistades únicas, inolvidables, eternas.
Y una vez terminado el lanzamiento, que ha durado del 28 de enero hasta hoy mismo…te preguntas con cierta preocupación ¿habrá recibido la sociedad española un pequeño empujón para unirse a nuestra lucha? ¿las personas que han leído los numerosos reportajes publicados en estos días, que han escuchado las entrevistas radiofónicas, y que han visto las intervenciones en televisión, estarán ahora más despiertos ante la realidad de hambre, pobreza, desigualdad e injusticia que se ha compartido y que, sólo puede finalizar con nuestra implicación y compromiso y con una verdadera conciencia de fraternidad humana?
Después de un mes largo de trabajo, estas son las preguntas que me planteo. Y todo ello con toda alegría y esperanza porque los que nos dedicamos a la
comunicación para la solidaridad, al periodismo que quiere cambiar la realidad…y lo hacemos con nuestra mayor profesionalidad y con nuestro fundamento y apoyo y confianza total en Dios,
¡no nos rendimos nunca!
Lectura del libro de Isaías 40, 25-31
«¿A quién podéis compararme, que me asemeje?», dice el Santo. Alzad los ojos a lo alto y mirad: ¿Quién creó aquello?
El que cuenta y despliega su ejército y a cada uno lo llama por su nombre; tan grande es su poder, tan robusta su fuerza, que no falta ninguno.
¿Por qué andas hablando, Jacob, y diciendo, Israel: «Mi suerte está oculta al Señor, mi Dios ignora mi causa»?
¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído? El Señor es un Dios eterno y creó los confines del orbe. No se cansa, no se fatiga, es insondable su inteligencia.
Él da fuerza al cansado, acrecienta el vigor del inválido; se cansan los muchachos, se fatigan, los jóvenes tropiezan y vacilan; pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, echan alas como las águilas, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse.