Os habéis dado cuenta de la cantidad de amigos que podemos hacer en las diferentes empresas en las que hemos trabajado? Digo amigos de verdad, de los buenos; no simplemente amiguetes. Yo al menos he conseguido hacerlos. Y bastantes, la verdad.
Empecé a trabajar hace 30 años y justo hace un par de semanas hemos comido juntos cuatro amigos que comenzamos nuestra vida profesional al mismo tiempo en la misma empresa y que hemos sido capaces de mantener una relación estrecha durante todo este tiempo. Desde hace 18 años mantengo una cena cada dos o tres meses con otro grupo, que inicialmente nació como las personas que me reportaban directamente en otra empresa y que todos estos años después ha derivado en un auténtico grupo de amigos que compartimos alegrías y penas (más de las primeras). En apenas tres días, como con dos amigos del último trabajo que desempeñé por cuenta ajena y que nos apetece vernos para compartir nuestro día a día.
Es todo fruto de la casualidad? Del interés? Del quedar bien? Os aseguro que no. Yo estoy convencido que son personas que Dios ha puesto en mi camino para que sean instrumento que te acerquen más a Él. Es Él quien se vale de ellos para que te den un buen consejo, para que te ayuden cuando lo necesitas, para que compartan sus alegrías y sus dificultades…y también para que a través de ellos Él pueda seguir con su plan de salvación para todos los hombres. Son personas de confianza a las que tú puedes transmitir la Fé y que luego la transmitan a su vez a los demás.
Gracias Dios mío por todas esas personas que he conocido en el ámbito profesional y sobre todo, por aquéllas que especialmente has puesto en medio de mi vida para que con su amistad, me acerquen a ti.