Habéis escuchado con atención el Evangelio de hoy Domingo 4 de enero? Habéis caído en la cuenta de la lección de liderazgo que hoy nos da Jesús? Jesús toma en la sinagoga el rollo donde Isaías profetiza su llegada al mundo y después de leer el pasaje, dice San Lucas: «…toda la sinagoga tenía clavados los ojos en Él…»
Es una situación muy parecida —salvando las distancias—, a las que te enfrentas tú, como Director General o como director de tu Departamento de empresa, cuando te presentas delante de tu equipo para transmitirles una información relevante; todos quedan expectantes a ver qué es lo que vas a decir. Has sentido esa sensación? Seguro que sí!
Imagínate qué gran oportunidad para transmitir a tu equipo los valores (virtudes) de la Fé que profesas. Qué manera tan diferente de transmitir los resultados del ejercicio pasado, o los objetivos del nuevo, o las nuevas directrices a seguir por todos, si en lugar de limitarte a enumerarlos, lo haces desde la perspectiva cristiana. Si acompañas a los números con pasión, con Fé, con espíritu cristiano, con bondad, con generosidad, con exigencia pero con benevolencia, con reto pero con ayuda, …
Yo hoy no he dejado de pensar en cómo sería la escena del Evangelio. En qué actitud estarían esperando los sacerdotes la palabra de Jesús y, sobre todo, qué actitud de autoridad desprendería Jesús a partir de su puesta al servicio de los demás, de su humildad, de su transparencia, de su caridad.
Todavía no hemos acabado enero y seguro que muchos de nosotros estamos todavía en el proceso de transmitir a nuestros equipos los objetivos del año. Aprendamos del pasaje del Evangelio de hoy. Es un extraordinaria oportunidad para dar testimonio de la Fé que profesamos en el mundo originario en que vivimos.