¿El perdón puede imponerse sobre la barbarie? La respuesta la hallarán en esta historia de guerra, de viaje a lo más profundo del corazón humano que intenta explicar la sinrazón del odio y la abominación. La madre que busca al
El Teatro de La Abadía acoge de nuevo a Alfredo Sanzol con su última obra, una comedia emotiva con tintes -o no- autobiográficos, con mucho de sonrisas y todavía más de reflexión. Quien piense que la comedia está reñida con
El mundo está a punto de tirar toda su luz Y de echarnos en el sofocante pozo de su oscuridad, Aquel negro y grueso y asfixiante lugar Donde mataremos o moriremos o bailaremos o lloraremos O gritaremos o nos quejaremos
La ciudad como símbolo de lo que somos y en lo que nos hemos convertido. La ciudad con sus paradojas, sus contrastes y su inercia. La ciudad como contenedor de publicidad y no como lugar en el que ser, en
Digámoslo todo de una vez, así, sin anestesia. Una niña de un grupito de chavalería que va a la piscina municipal, dice haber visto un gesto demasiado cariñoso del instructor con uno de los niños. Los padres piden su cabeza,
El gran clásico de Anton Chéjov Las tres hermanas regresa ahora al Teatro de La Abadía, donde es versionado en una singular propuesta dramática por José Sánchis Sinisterra con grandísimo acierto. El mayor acierto es ser representadas por tres actrices
Ya lo dijo Ionesco: “Al observar cómo trabaja Miró, es decir, cómo es feliz al crear, ya no sabemos si pinta, si dibuja, si construye, si juega, si canta”. Y eso es lo que precisamente ha sabido captar Enrique Cabrera,
Aquellos que esperen en esta obra ver estructura, nudo y desenlace no verán nada. En 30/40 Livingstone se nos presenta un personaje: hombre, buscador, que quiere echar por tierra atavismos, lazos, cuerdas que le ataban y no le dejan ser…
Qué importantes son las palabras, cuando unidas, dotan de sentido a nuestra vida: Sentimientos, hechos, sucesos, obras, gestos, recuerdos, todo se puede resumir y contar porque tenemos palabras.
Si te gusta Woody Allen y disfrutas el teatro, no te pierdas Maridos y Mujeres en el Teatro Abadía. Se trata de una adaptación casi literal de la película homónima del cineasta neoyorquino, Maridos y Mujeres, de 1992, un retrato