Dolores y Angustias son dos hermanas que viven en un pueblecito. Tienen una vida tranquila y llena de confortables rutinas: ven la telenovela a la misma hora, todos los domingos van a Misa de once y después al cementerio a
Pocas veces lo verdadero escoge unos testigos tan acertados como frágiles, tan bellos como desconcertantes. Pocas veces -repito- una abandona una sala de teatro con un grito en la garganta y unas cuantas lágrimas en los bolsillos. Pocas veces, cómo
Para los que desconocen este espacio teatral llamado La Casa de la Portera, o para aquellos que no han oído de su fama como local de teatro alternativo y original… un apunte: es como el café teatro, pero sin café.
Es grande el teatro, el teatro con mayúsculas. Muy grande. En un escenario se dan cita dos mujeres con el público. Desnudan sus vidas, sus anhelos, sus alegrías, sus carencias, sus defectos… Y los espectadores, poco a poco, nos vamos
A veces, el folio en blanco es igual de canalla que la vida; y aún a sabiendas de que la realidad siempre supera la ficción, cuando se habla de dolor cualquier palabra es poca para poder convocarlo. Porque el dolor,
Perra vida; dulces sueños está ahora mismo en cartel en la Sala El Montacargas. Una sala alternativa de teatro, no muy conocida para aquellos que solo frecuentan los circuitos “oficiales” de la cultura, pero que merece la pena ser visitada. Una obra en
Versión, bastante actual, escrita por la actriz española Amaya Curieses (Sancho García, 2011), basada en el relato La muerte de la Pitia, del difunto dramaturgo suizo Friedrich Dürrenmatt, y dirigida por el también guionista escénico catalán, Jaume Policarpo (Cyrano de Bergerac,
Quienes piensen que van a ver El amor de don Perlimpín con Belisa en su jardín, que se den media vuelta. Esto no es teatro clásico, ni teatro, digámoslo con palabras con las que me vayan a entender, al que
Con el hilo de un portero que narra y del telón de fondo de la radio, esta obra de teatro hila cinco relatos diferentes, contados tal y como antaño se hacía el teatro radiado: voz, micrófono, atril y luz roja.
Domingo de lluvia primaveral. De esos que te calan hasta los huesos. Paseo vespertino por la calle Embajadores, con premura, con la prisa de los niños inquietos que van a descubrir el mar. ¡Eh, que hay que parar! Toca giro