La Pasión: su último secreto es una obra sobre la vida de Jesús basada en los textos evangélicos creada y producida por Nerea Teatro. Así justamente, a través de los textos que recuperan los recuerdos de los testigos, es como nos ha llegado la noticia de la existencia de Dios hecho hombre. Y la intención de esta obra teatral es que esa noticia no se diluya entre el barullo de información que en la actualidad nos agota y satura (como decía el poeta, “¿Dónde está el conocimiento que hemos perdido en información?”), sino que nos interpele a tomar una posición frente a Jesús.
Esta intención queda de manifiesto desde el principio de la representación: Jesús tuvo partidarios y detractores en su tiempo, y nosotros, hombres de hoy, no podemos eludir tomar postura personal ante un hecho por el que se rige incluso el calendario que usamos, que ha sido la base de nuestra cultura europea y que ha determinado el mundo en que actualmente vivimos. Vemos en escena cómo Jesús elige a los discípulos, llama a su lado incluso a quienes socialmente son despreciables –es hermoso el encuentro con Mateo–, y cómo se granjea la enemistad de las autoridades judías y romanas por ser alguien incómodo y provocador.
¿Está justificada esta enemistad? Cuando el sumo sacerdote judío pide pruebas al centurión romano de que realmente Cristo es peligroso, la representación es un flash-back que reproduce una secuencia de escenas de la vida de Jesús, diversos encuentros y milagros obrados por él: el encuentro con la Samaritana, la escena de la mujer adúltera, la curación del paralítico en la piscina de Siloé… Estos son los argumentos contra Jesús: ocurría algo que desafiaba la misma forma de entender (mejor, interpretar) al Dios que tenían los fariseos. La consecuencia es que las autoridades religiosas judías condenan a Cristo a muerte por blasfemia y se alían con el poder romano para llevar a cabo su condena. En este punto la obra retoma el desarrollo lineal de la historia y nos cuenta en una sucesión de cuadros escénicos la Pasión de Jesús.
Con una escenografía minimalista y cambios de luces y de música como marco de la narración, asistimos a la historia a través de pinceladas que nos hacen ir configurando una imagen de Cristo. Es loable la lealtad a los textos evangélicos con la que se reproducen los diálogos, la orientación y el planteamiento de obra es ciertamente honesto.
La vida de Jesús es una gran historia, la más grande historia, una historia exigente, con una potencia tal de los hechos, que reconstruirlos dramáticamente es casi imposible. Y aunque es cierto que esta representación va in crecendo, existe desproporción entre lo narrado y lo interpretativo. Le falta mucho rodaje a la obra para ver lo que puede dar de sí. Y para conseguir ese rodaje con el público sería bueno un precio de butaca moderado.
Sólo una vez –y he visto ya muchas cosas- he asistido a la escenificación de un milagro que me haya resultado creíble, convincente, y no ha sido durante una representación teatral, sino cinematográfica: la película Ordet, de Dreyer. Eso da idea de la dificultad que entraña poner en imágenes la vida de Jesús, tan extraordinaria y tan llena de misterio. Puedo disfrutar de aproximaciones honestas y bien orientadas, como esta. Sin embargo, reconozco que nada me gustaría más que ver que se logra al fin de forma escénica la credibilidad de algo tan excepcional como fue lo que ocurrió. El reto es enorme.
Caty Roa
★★★☆☆
Qué: La Pasión: su último secreto
Dónde: Teatro Auditorio de la Casa de Campo
Avda. de Portugal s/n.
Metro: Alto de Extremadura, Lago
Hasta el 31 de marzo
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