Del 18 al 25 de enero de 2016 se ha celebrado la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. El cartel publicitario rebosa simbolísmo. Muestra el bautismo de un adulto en la histórica pila de la Catedral de Ikšķile, en Riga, la capital de Letonia. La imagen es signo sacramental de fuerza y unidad. La elección de la fotografía no ha sido aleatoria. El suelo de Letonia está regado con sangre de mártires. Representa el espíritu de lucha común contra la barbarie comunista que fusiló, quemó o enterró vivos a millones de cristianos de todas las confesiones entre 1940 y 1991. Cristianos católicos, ortodoxos y luteranos sobrevivieron gracias a sus raíces comunes de sacerdocio bautismal y más tarde lucharon juntos hasta conseguir la independencia del terror rojo.
2015 ha terminado con más de siete mil cristianos asesinados por su fe y más de dos mil iglesias arrasadas a manos de grupos terroristas de diversa ideología, según afirma un estudio realizado por el Instituto Internacional de la Libertad Religiosa (IIRF), difundido por la organización “Puertas Abiertas”. Los responsables de esta barbarie son los islamistas radicales del mal llamado Estado Islámico. 2016 no comienza mejor. Son millones las familias cristianas rotas y desplazadas. Por zonas, Corea del Norte e Irak empiezan a la cabeza de las matanzas, seguidos de Afganistán, Siria, Pakistán, Somalia, Sudán, Irán, Libia, Nigeria y Kenia. Además, aparecen en la lista dos nuevos focos de crisitianofobia, Sri Lanka y Mauritania.
Ante este panorama, El Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias y la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales han acordado impulsar conjuntamente «un apostolado de la oración, que tan buenos frutos ha dado a lo largo de la historia». La novedad es que indistintamente del Credo procesado, todos podemos ayudar activamente a nuestros hermanos de medio mundo, perseguidos por la fe, utlizando los sencillos materiales que se pueden descargar en internet a través de la web del Vaticano y también de la Conferencia Episcopal.
El mismo Francisco ha tomado la iniciativa publicando un vídeo para subrayar que «en Europa cada día nos damos más cuenta de la importancia que tiene el diálogo interreligioso para luchar juntos contra un laicismo beligerante que pretende excluir a Dios y a la religión del espacio público. También es cada vez más evidente la necesidad de ese diálogo para aislar al fanatismo nihilista que nada tiene que ver con una vivencia auténtica de la religión, y para construir un futuro de paz verdadera y estable; Nuestros perseguidores saben que pese a nuestras diferencias, somos uno por la gracia del bautismo; a eso lo llamo el ecumenismo de la sangre». Con esa contundencia ha inaugurado Su Santidad la Semana Universal por la Oración.
Manuel Barcina Alonso
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