Tras 58 años de historia de los premios Grammy, Malawi recibe su primera nominación con el álbum «I have no everything here» (No tengo nada aquí), de Zomba Prision Projet, que lidera el productor estadounidense Ian Brennan.
Como Ian, gestor de esta idea, no puedo asegurar que por los pequeños espacios libres que quedan entre los 2.000 reclusos de la prisión de máxima seguridad de Malawi, haya sido noticia que casi reciben un premio Grammy en la categoría Mejor álbum de Músicas del mundo. Aunque lo cierto es que este año, la galardonada fue Angelique Kidjo, por el disco ‘Sings’.
Zomba Prision Projet, no distingue por edades, o condenas; quienes forman parte de él, cumplen diferentes sanciones por robos, asesinatos y otros delitos, y la mayoría, fueron sentenciados a cadena perpetua. En 2013, Violence Prevention, el proyecto que lleva a cabo Ian Brennan, llega a esta cárcel donde existe escasez de alimentos, carencia de servicios de salud y sobrecupo, para darle a los reos la ocasión de descubrir sus talentos y hacer una música que los alejara de ambientes de violencia. Brennan ha producido álbumes en Ruanda, Sudán del Sur, Vietnam y ahora en Malawi.
Cerca de 16 prisioneros integran este proyecto que sin renunciar a su idioma Chichewa, propone baladas y otras melodías auténticas del continente Africano; esos ritmos que pueden resultar chocantes o incluso desiguales, pero que al escucharlos, siempre nos remiten a esa región del mundo. Los temas de las canciones también hablan de Malawi, la región más empobrecida del continente, hablan de enfermedades como el SIDA, de los homicidios, del trabajo; pero también se refieren a dificultades de este recinto penitenciario como la malnutrición, y al remordimiento por los crímenes. «Please, don’t kill my child» (Por favor, no maten a mi hijo) o «I kill no more» (Ya no mato), son ejemplo de cantos que trasmiten los desasosiegos y lamentos de sus intérpretes.
El fonograma «I have no everything here» está compuesto por 20 canciones, algunas escritas por mujeres de esta prisión para las cuales Zomba Prision Projet, ha sido una oportunidad de crear desde un sitio adonde han llegado, en ocasiones, sin conocer exactamente su condena, al igual que los hombres, pues los procedimientos judiciales se llevan a cabo en Inglés y ellos solo hablan el chichewa.
«Su música es especial por su crudeza, pureza y autenticidad. El álbum es riquísimo melódicamente. Dado que sus canciones están escritas en el idioma Chichewa y acompañadas de un apoyo instrumental muy elemental, la melodía es lo que les da fuerza», así define Brennan el resultado final de un disco que fue grabado en un sala improvisada de Zomba.
El proyecto musical que en sus inicios estuvo integrado por 60 reclusos de los cuales solo 16 fueron seleccionados para grabar, también mereció un audiovisual realizado por la esposa de Ian, la cineasta, Marilena Delli, y en él se muestran imágenes descriptivas de Zomba, así como los momentos de grabación, de los cuales emana el sonido típico de la prisión, acompañado de cuanto pudieron inventar para suplir la falta de instrumentos.
Aún si no conocieran la nominación y el alcance del disco, Zomba Prision Projet, es una manera de que las personas recluidas allí, se reformen a través de la música y mientras están cumpliendo su condena, sí encuentren algo allí: la música.
Glaisys Carbonell Gazón