30 productoras audiovisuales de alto nivel. Tres vídeos y 15 reportajes fotográficos diarios. Miles de cuentas en Twitter, Facebook, Instagram o Youtube. Estas son las nuevas armas de reclutamiento y guerra del Daesh, conocido también como ISIS, ISIL o Estado Islámico. Su principal objetivo: jóvenes menores de 25 años, de cualquier parte del mundo, de cualquier religión.
Damian Boudreau, canadiense de familia acomodada, murió a los 22 años en Siria combatiendo en las filas del Daesh. Maxime Hauchard, francés, se convirtió al Islam a los 17 años a través de internet y se unió al Daesh. En 2014 participó en la decapitación de una veintena de soldados sirios. Jack Letts es británico, a los 18 años huyó de su país natal para unirse al Califato, vive actualmente en Irak. Ninguno tenía ascendencia musulmana. Cada vez es mayor el número de terroristas yihadistas que nacen, crecen y se educan dentro de nuestras fronteras.

Jack Letts (Fuente:Facebook)
Evangeline O’Reagan es Jefa de Medios Digitales de la Oficina de Comunicación del Ministerio de Defensa. «Cuando en junio de 2014 Daesh se autoproclama Estado Islámico, tenía muy claro que necesitaba una estrategia mediática». Por eso, desde antes de la autoproclamación, los terroristas «ya dominaban las redes sociales para difundir el terror, su propaganda y captar terroristas en cualquier parte del mundo».
Es difícil cuantificar el alcance en las redes sociales según O’Reagan, ya que hay un esfuerzo internacional por cerrarlas, pero «el año pasado se barajaban 46.000 cuentas sólo en Twitter pertenecientes al Daesh», expone la experta en Medios Digitales. En un comunicado de principios de año, Twitter declaró el cierre de 125.000 cuentas por apología de terrorismo en tan sólo 6 meses, la mayoría pertenecientes al autoproclamado Califato.

(Fuente: Elena Scotti / FUSION)
Estrategia mediática
Atrás quedaron los videos caseros de Osama Bin Laden amenazando a Occidente desde alguna cueva de Afganistán. Atrás quedó la complicidad con algún canal 24 horas de televisión árabe para difundir esos vídeos. Ahora los canales son gratuitos, están en la red. 30 productoras de alto nivel son las encargadas de generar diariamente de tres a cuatro vídeos, además de 15 reportajes fotográficos. «Hay material continuamente para que en ningún momento se queden obsoletos la información y el canal», apunta O’Reagan.
Critican con fervor la comunicación occidental pero utilizan todos los recursos del entretenimiento infiel. Sus vídeos están inspirados en la estética de vídeo clips musicales, videojuegos como Call of Duty o series como Homeland. «Conocen muy bien al público al que se dirigen. Hacen un tipo de vídeos para los occidentales y otro para los musulmanes de países árabes», cuenta Evangeline O’Reagan. «Se estima que estos vídeos les han permitido al Daesh incrementar en un 70 por 100 la captación de nuevos combatientes extranjeros».

Imagen incluida en el primer número de Dabiq, revista oficial del Daesh
Nueva guerra, nuevas armas de combate
Los gobiernos de Occidente han pedido a los medios de comunicación utilizar el acrónimo DAESH. «Llamarles Estado Islámico supone legitimar su autoproclamado estado. Daesh significa lo mismo que ISIS, pero tiene una connotación negativa y los terroristas repudian este término», explica Evangeline O’Reagan.
Daesh es el acrónimo en árabe de al-Dawla al-Islamiya al-Iraq al-Sham (Estado Islámico de Irak y Levante). Pero por su fonética puede traducirse como algo que pisotear o aplastar, intolerante o el que siembra discordia. Por eso los terroristas rechazan este vocablo y han amenazado con cortar la lengua de cualquiera que lo utilice.
Para combatir los mensajes difundidos por Daesh hay que desarmar su discurso. «Es un material basado en mentiras que muestra un mundo ideal y muy atractivo para los jóvenes. Hay que informar para contrarrestar esas falacias sobre las comodidades y el bienestar dentro de sus fronteras», explica O’Reagan.
Son varias las medidas que coaliciones contra el terrorismo, países, instituciones y particulares han creado para hacer frente a la amenaza del Daesh en las redes sociales. En Twitter se creó la etiqueta #NoToDaesh (No al Daesh) para desactivar las mentiras yihadistas. Con la etiqueta #WhyTheyLeftDaesh (Por qué abandonaron Daesh) se encuentran testimonios de personas que han escapado del régimen totalitario.

Testimonios con hastag #WhyTheyLeftDaesh (Fuente: Twitter)
Christianne Boudreau, madre del joven yihadista canadiense Damian Boudreau, creó la ONG Mothers for Life (Madres por la vida) junto con otras madres que sufrieron también la violenta radicalización yihadista en sus familias. Forman una red internacional de apoyo a esas madres, pero también quieren dar voz a sus historias y ayudar a detectar conductas. Es un proyecto recogido en el Instituto Alemán de Estudios sobre Radicalización y Des-radicalización y actualmente están presentes en ocho países de Europa y América.

Facebook y Twitter de Mothers for Life
La ONG FATE (Familias Contra el Terrorismo y el Extremismo) también está presente en las redes sociales. Actúa en Europa y norte de África para prevenir sobre la radicalización, contrarrestar el extremismo violento y luchar contra el terrorismo.
También España planta cara al terrorismo con la creación de la web Stop Radicalismos, que busca la colaboración ciudadana en la detección de conductas radicales.
María Espinosa García-Valdecasas