Un grupo de amigos y familiares de Kike Figaredo están detrás de la ONG SAUCE para atender a los camboyanos víctimas de décadas de guerras.
El pasado 9 de septiembre Toy, de 10 años, se encontraba junto con unos amigos buscando setas cerca de su casa en Pailín, una región camboyana cerca de Tailandia. De repente estalló una mina y el juego se acabó. El padre de Toy después de escuchar la detonación vio acercarse a un vecino llevando a su hijo con la pierna izquierda destrozada y un amigo inconsciente.
Salieron a la carretera pidiendo ayuda y partieron hacia el hospital. Un centro que no está preparado para este tipo de accidentes. Y lo trasladaron a Battambang.
Allí en el hospital le operaron y estuvo varias semanas convaleciente. Al poco tiempo los voluntarios de la ONG SAUCE ofrecieron a los padres llevar a Toy al centro de salud que tienen en esta ciudad. Allí se recupera y aprende con otros niños que también fueron víctimas de las minas anti-persona. A los voluntarios les asombra la capacidad de perdón que tienen los camboyanos y su afán de enfrentarse a los problemas.
Desde que Kike Figaredo llegara a esta región su anhelo fue el que los niños tuvieran acceso a una escuela que muchos de ellos desconocían. Después de crear escuelas y centros de atención durante años crea el Centro Arrupe en Battambang.

Kike Figaredo con trabajadores en el taller textil
Viendo las necesidades cada vez mayores de Kike un grupo de amigos y familiares crean la ONG S.A.U.C.E. (Solidaridad, Ayuda y Unión Crean Esperanza). Una de las prioridades de esta ONG es extender y mejorar la educación de los jóvenes camboyanos. Por este motivo están al frente de varias escuelas, formación de adultos y un taller-escuela.
Niños y jóvenes víctimas de las minas y de la polio que tienen la oportunidad de formarse y de sentirse personas. El centro acoge a 50 niños discapacitados, garantizándoles una educación y una vida hogareña. A su vez, el Centro desarrolla proyectos de campo que ofrecen ayuda a alrededor de 600 familias de las zonas rurales que cuentan con miembros con discapacidad.
Una labor importante es la formación para la promoción de proyectos socioeconómicos que ofrecen formación y oportunidades de trabajo a personas con discapacidades y/o en situaciones vulnerables. Es un ejemplo de la necesidad de enseñar a que pesquen, de no dependencia.
Los problemas de higiene y la ausencia de agua potable, las infecciones o dificultades de vacunación hacen necesario una atención sanitaria que también ofrece la ong. Sobre todo en lugares lejanos donde no hay este tipo de atención. Además tienen un programa de atención a enfermos de sida y otro destinado a cuidar a los presos.
Pero no podríamos acabar sin hacer mención a su proyecto más ambicioso: el centro de formación y producción textil “La Paloma”. Se inició como colaboración entre la Prefectura Apostólica de Battambang y Vicente Laborda, fundador y presidente de IberAsia aportando gratuitamente las máquinas.
En sus comienzos fue un pequeño taller textil para personas con discapacidad, pero gracias al apoyo de Manos Unidas se ha convertido en una planta de producción textil. Cuenta ya con 65 trabajadores discapacitados o con problemas con dificultad económica.
Los voluntarios de SAUCE cuentan la inmensa capacidad de los camboyanos para salir a una adversidad. La labor de educación, sanidad y el taller textil hacen que cualquier discapacidad no sea obstáculo para formarse o ser un trabajador cualificado.
Para más información: http://sauceong.org/
Jesús Berenguer Zamorano
Foto: Sauce