Hoy me ha llegado un artículo publicado en El País, muy interesante, titulado “Kabila se quiere perpetuar en Congo”:
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/09/13/actualidad/1473783661_265181.html
Os invito a leerlo, porque no tiene desperdicio. Y, a partir de ahí, os añado algunos detalles:
En los días del juicio de Moïse Katumbi, cientos de personas montaban guardia en su casa por la noche. Llegado el día, muchos no fueron a trabajar. En lugar de eso, se presentaron con bidones de gasolina esperando los resultados. Parecía que se iban a llevar a Katumbi en avión desde Lubumbashi a Kinshasa, pero la gente dejó claro cuál era el mensaje: que no se lo llevaran o prendían fuego a todo. La gente está harta… la miseria es muy dura. No puede haber paz sin justicia. Y en nuestro país, la inmensa mayoría de la población, no hace sino intentar sobrevivir, sin agua, sin luz, sin lo indispensable, sin poder comer tres veces al día (o ninguna…). La mayoría sin ingresos fijos, muchos sin el salario que les corresponde… por eso, no hay viaje en que la policía no te pare por la carretera para pedir “maji” (agua), lo cual quiere decir darle algo de dinero. Por eso los robos no hacen sino aumentar. La esperanza de vida es de 50 años. Día a día escuchamos historias: un niño que ha muerto por no poder acceder a una cura de malaria, una familia en que ningún hijo está escolarizado, ancianos sin ningún tipo de pensión ni asistencia social, tantas personas que no tienen el mínimo alojamiento, niños de la calle…
La policía obliga a gente del mercado y alrededores a ir a manifestaciones en favor del Presidente. Si no vas, tendrás problemas. En muchísimos lugares (¡hasta en nuestro poblado!) hay “espías”, gente que se dedica a conseguir información y a controlar las opiniones. Los que llevan página de www.benilubero.com, amenazados.
Lo que está pasando es que alguien se agarra al poder como una lapa…
Sin embargo, sería injusto señalar a la R. D. Congo como único responsable de este “caos contenido”. La R. D. Congo es un país muy rico y todo el mundo quiere una buena parte en el pedazo de tarta: coltán, cobre, cobalto, oro, energía eléctrica, agua (el así llamado “oro azul”)… No todos los abogados extranjeros, muchísimos, que asistieron al juicio de Moïse Katumbi lo hicieron “por amor al arte”. Cuando cambiemos de Presidente, muchos seguirán queriendo pinchar el tenedor y llevarse la mejor parte, y eso se prepara. Sobre la intervención extranjera en nuestro país y en África, no dejéis de leer “La gran grieta. El despertar de África” de Alex Perry. Da mucha luz, ayuda comprender las cosas desde dentro o, al menos, desde un lugar nada convencional.
