Ayer vino a vernos una señora, madre de 6 hijos… buscando trabajo para su familia, pidiendo algo que hacer. Desde hace dos días, nadie come en su casa. Una de las hijas, en 1º de Primaria, ayer volvió llorando del cole, ya no podía más. Para calmar el hambre, dice que sus hijos se acuestan boca abajo y se ponen a dormir… Porque los días que comen, quizás sea un poco de bola de bukari y de verduras, una vez al día, o dos, ¡tres es todo un lujo! Enseguida me acordé de mi amigo Carlos Arriola, con el que estuve trabajando, juntos, en la 57 Campaña de Manos Unidas: “Plántale cara al hambre: siembra”. Él hablaba del “hambre programada” como estrategia política, en Guatemala. Él contaba la historia de tantos niños que sufren malnutrición, de los que duermen boca abajo para no sentir la punzada del hambre, de las consecuencias del hambre en el desarrollo evolutivo de la gente… Como dice Martín Caparrós en su libro El hambre, se experimenta una extraña sensación ante esta realidad tan dolorosa. Te duele por dentro. Te desgarra. Te descoloca. Desde hace 8 años vivo en Kanzenze, un pequeño poblado de la R.D. Congo. Sin embargo, nunca esta realidad me había sacudido como hasta ahora. La tensión política y social creciente no hace más que dificultar la vida cotidiana de la gente, en particular de los más pobres. Los intereses de algunos, ya sean nuestros propios gobernantes ya sean algunos países extranjeros, repercuten y hacen más dura la de ya por sí difícil vida de las personas.
Con un poco de creatividad y siempre, siempre, con la ayuda de Dios, hoy su esposo ya estaba trabajando. Porque como me dijo hace poco una hermana a la que quiero mucho, debemos dar el significado adecuado a las cosas que nos pasan y aprender a gestionarlas bien. Sin que el dolor nos pueda. Descansando el corazón en Jesús, el único consuelo de verdad, para poder después aliviar Su sufrimiento en los más pobres. Y luego, a veces llegan esos otros consuelos de Dios. Como el de un amigo que me escribe hoy desde España diciendo que envía un donativo de 830 € para poner en marcha un “Micro-banca de cuidados familiares”, para la mejora de la salud de la gente. Inspirada en la Banca de microcréditos que existe aquí desde el 2011 y que funciona de maravilla. Mi amigo y su generosidad van a aliviar el dolor de un montón de gente de una forma creativa, y digna, respetuosa de las personas, de su dignidad y de su propio desarrollo. O como la de una amiga que envió el otro día 30 €, por si podía echar una mano… ¡pues claro que sí! ¡todo ayuda!
Hoy he ido a ver a un amigo que está de duelo. Él trabaja aquí en Kanzenze, en el Hospital, con un sueldo de 75 $ al mes. Está casado y tiene un bebé. En su casa, se ocupan de otra niña que estudia 6º de Primaria, de la familia de su esposa. Hace dos meses una hermana suya, que vive en la capital, sin marido, murió dejando 4 hijos, que se han quedado al cargo de la abuela. Y este fin de semana, murió otra hermana suya, con una realidad familiar muy difícil, dejando 7 hijos, que también se van a quedar con la abuela. La abuela es viuda, no tiene trabajo y padece hipertensión. Y mi amigo y su hermano (que es profesor en otra ciudad y cuyo sueldo es de 120 $) se hacen cargo de toda la familia como pueden. Al dolor de la pérdida se une una miseria insoportable. Con mi amigo, en la puerta de su casita de ladrillos de barro cocido y lata, hablábamos de cómo mejorar la situación. Es una persona muy creativa e inteligente, y un hombre muy capaz. Con su esposa, han pensado que con 400 $, podrían cultivar una hectárea, alquilando un tractor, y tener una buena producción de maíz, ahora que va a empezar la estación de lluvias. Y, por otra parte, piensan en montar un pequeño negocio de Ferretería o bien de cría de cerdos; están estudiando las dos posibilidades, que serían unos 1000 $. No tienen medios para empezar, pero sería fantástico. Con su sueldo, pueden vivir su familia aquí, y los beneficios del campo de maíz y del pequeño negocio les serviría para sacar adelante a su familia.
¿QUIERES AYUDARNOS? En la Misa de inicio de la 36 Congregación General de la Compañía de Jesús celebrada el pasado 2 de octubre en Roma, el celebrante dijo que estamos llamados a intentar “la audacia de lo ‘improbable’” y preguntaba: “¿Es esta audacia todavía posible en los tiempos de crisis que vivimos, donde se revelan toda clase de violencias?” y continuaba: “Sí, es posible la audacia de hacer oír por medio de su compromiso, sus palabras, sus solidaridades, la voz siempre inesperada de Aquel que espera el mundo (…). Lo importante es abrir “en el corazón del hombre el manantial de la compasión, que consolida la alianza indefectible con aquellos que nos han sido confiados”. ¿QUIERES PARTICIPAR EN ESTA AUDACIA DE LO IMPROBABLE? (mira cómo puedes hacerlo en la pestaña COLABORA de este mismo blog).
Amar es la necesidad más profunda del corazón humano, y todos necesitamos existir en el corazón de alguien. El contacto con esta vida tan desnuda y tan despojada de los pobres de la Tierra, me hace sentir cuán profundamente existimos en el corazón de Dios. Y, por ello, necesitamos existir unos en el corazón de los otros, ninguna vida puede sernos indiferente, porque cada una es preciosa y única para Él y, por tanto, también para nosotros. Y hoy me brota esta oración: Quiero Jesús, existir siempre en Tu corazón. Quiero que los más pobres, los más olvidados, los que sufren, existan siempre en mi corazón, hasta el último suspiro. Quiero quererTe siempre en aquellos que están en las “periferias geográficas y existenciales”. Quiero adorar el Misterio profundo de Tu vida en Tu carne que son los pobres. Amén.
